El lago más hermoso en estado de agonía
El lago de Atitlán, ante los ojos de muchos, es el lago más bonito del mundo y es el segundo más grande de la región mesoamericana. Aporta belleza, turismo y comercio a Guatemala; lo que contribuye significativamente con la economía nacional. Sin embargo, en los últimos años la contaminación del mismo ha sido más que evidente. Y aunque las causas son diversas, todo se resume en una: el factor humano. El lago de Amatitlán, se convirtió en una tragedia ambiental, muriendo ante nuestras narices, ¿permitiremos que suceda lo mismo con el de Atitlán?
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Foto por: Marvin Grijalva
El lago de Atitlán se ubica en el departamento de Sololá, en Guatemala. Un informe de Prensa Libre, muestra que en la década de 1970 la zona afótica del lago registró entre 16 y 18 metros. Esto significa que, al tirar un objeto, se podía ver hasta esa profundidad, porque el agua era tan clara que la luz del sol entraba fácilmente. En la actualidad, la luz del sol solo llega hasta los cinco metros, debido a la turbidez del agua.
Es notorio el deterioro que el lago ha sufrido, especialmente a partir de 1999 (hace 19 años), año en que se realizó el primer estudio del lago en donde el principal tema fue la contaminación que estaba empezando a afectar al lago. Este estudio, llamado “Detección y cuantificación de sustancias químicas para establecer índices de contaminación en aguas superficiales del lago de Atitlán”, fue realizado por Mayra Lissette Herdocia Villeda, estudiante de la Facultad de Ciencia Químicas y Farmacia en la USAC.
Actualmente, estudios de Prensa Libre determinan que cada año los aproximadamente 300 mil habitantes de los al rededores del lago, generan 36 mil 400 toneladas de basura, y solo en épocas de lluvia, otras 3 mil 84 toneladas de desechos sólidos llegan al Lago de Atitlán anualmente. Si no se toma acciones serias al respecto, se prevé que para el 2019 el daño será irreversible.
La historia se repite
Desde hace ya algunos años, el lago de Amatitlán se ha enfrentado a una contaminación extrema; convirtiéndose así, en una tragedia ambiental. Prensa Libre, registró que la Autoridad Para el Manejo sustentable de la Cuenca y del Lago de Amatitlán (Amsa), alertó que en la actualidad el lago de Amatitlán enfrenta tres fenómenos que incluso podrían secarlo en un futuro no muy lejano, lo cual sería una catástrofe que tendría un fuerte impacto ecológico y social. Estos tres fenómenos son: la entrada de desechos sólidos, la entrada de contaminación hídrica proveniente de drenajes y el ingreso de sedimentos como arena, tierra y otros. Es triste notar que estos mismos problemas (aunque en menor medida) están afectando al lago de Atitlán. ¿Le esperará el mismo destino?
La actuación del gobierno
No podemos decir que el gobierno se ha mostrado indiferente al respecto, porque sí ha reaccionado, aunque quizá no en la forma que se espera. El lago de Atitlán se encuentra en un punto donde se necesita tomar medidas más críticas.
El Ministerio de Ambiente ha hecho varias cosas, una de ellas ha sido establecer los reglamentos internos para los hoteles, restaurantes y casas; también han realizado expo ferias y campañas de concientización, a través de las organizaciones gubernamentales que están encargadas de proteger este tipo de áreas.
Eleazar Peralta, ingeniero agroforestal y director regional del altiplano central del CONAP (que abarca el área de Sololá y el área protegida de la cuenca del lago de Atitlán), nos informa que “también se han implementado plantas de tratamiento. Son 15 los municipios que están alrededor del lago y sí se tienen algunas plantas de tratamiento, 13 plantas de tratamiento de aguas sucias trabajan alrededor del lago,
pero solo para viviendas, no para las industrias que lastimosamente son las que más contaminan”.
“El Estado ha intentado, ha hecho algunos esfuerzos, pero creo que todavía no entienden realmente el impacto que estamos ocasionando. Y si realmente no estamos conscientes, o no tenemos conocimiento de lo que está pasando esto va a seguir así”, opina la ingeniera ambiental Estefany Rodríguez.
¿Es la insensibilidad la causa de todo?
Entre las principales causas de contaminación del lago de Atitlán está la basura sólida y los químicos usados en las actividades agrícolas en los 15 poblados mayas kaqchikel, tz'utujil y k'iche' que rodean el lago; así como el manejo inadecuado de los desechos y la enorme cantidad de aguas negras que desembocan en el lago, indica el periódico digital de actualidad, Infobae. Ahora bien, cabe resaltar que ninguna de las causas anteriores es natural, todas son provocadas por el hombre.
María del Rosario Calderón, oficial de comunicaciones en el World Wildlife Fund (WWF) en Guatemala, que es la organización de conservación más importante del mundo, la cual ha trabajado desde hace más de 50 años en la protección de la naturaleza, indica que el mal manejo de desechos tanto orgánicos (desechos sólidos), como inorgánicos (fertilizantes y químicos de la industria y agroindustria), provoca que el lago se encuentre de esta manera. “Las industrias y agroindustrias no tienen el tratamiento adecuado al realizar sus trabajos. Solo con que ellos se percataran más en eso, el lago mejoraría en gran manera”, agrega.
El ser humano es el causante de la contaminación directa e indirecta del lago. No necesariamente debe tirarse una basura para contaminar. A los alrededores del lugar, muchas industrias y agroindustrias utilizan sustancias dañinas para las aguas del lago, y a pesar de que tienen conocimiento de ello, no hacen lo necesario para frenar esta situación. Solo con esto ya vemos falta de sensibilidad y conciencia. Sin embargo, podemos observar la carencia de esta de maneras más directas. Por ejemplo, los turistas (en su mayoría nacionales) que tiran su basura a las orillas del lago. Peralta cree que, aunque las aguas residuales afectan en gran manera, la mayor causa de la problemática es la falta de concientización en las personas.
“Nadie es consciente hasta que nos impacta”, afirma Rodríguez. También agrega que la falta de sensibilidad es algo que se debe trabajar en casa. Si las personas se educaran en casa, aprendieran a separar sus desechos y se pusieran a pensar qué consumir. Todo sería diferente.
El lago ya está dando señales de alerta, no esperemos a que muera para intentar hacer algo al respecto.
La ignorancia es uno de los peores enemigos
La ignorancia acerca de la situación, de las maneras de ayudar y del daño que se puede causar aun estando a más de 100 km de distancia.
Existe una delgada línea entre las personas que no accionan por falta de interés o sensibilidad y aquellos que no actúan porque desconocen la situación. Al final son más responsables los que saben. Mientras más conocimiento, más responsabilidad. No se puede juzgar o pedir cuentas de algo que se ignora.
Por ejemplo, algo que las personas ignoran es lo mucho que pueden contribuir para bien o para mal, sin necesidad de estar personalmente en el lago.
Calderón explica que lo que sucede es que tiende a pensarse que estos lugares se cuidan hasta que uno va visitarlos, pero no hay necesidad de ir a los sitios naturales del país para protegerlos. Uno puede tomar acciones desde su casa u oficina, con el simple hecho de hacer un buen uso de los recursos que más utilizamos, por ejemplo: del agua, de la energía y hacer un mejor control de los desechos. Porque al final, incluso el mal manejo de la basura acá, se refleja en el lago, ya que todo llega a parar ahí, a través de los ríos y los desagües.
Aunque, el tema del tratamiento de la basura es un tema muy delicado, porque las personas pueden tirar su basura en casa y no en la calle, pero si las empresas de recolección de basura no tienen un manejo adecuado de los desechos, todos esos desechos sólidos al final van a parar a basureros clandestinos que, a su vez, terminan llegando a playas, ríos y lagos. Actualmente son 634 basureros clandestinos en los que solo el 30% de los desechos son tratados. Pero entonces, ¿qué podemos hacer para contribuir con el mejoramiento del Lago de Atitlán?
Conviértete en un impulsor del cambio
“Pequeñas acciones hacen la diferencia”, “el cambio empieza por uno”. Dos frases populares que engloban grandes verdades. ¿Por qué esperar a que alguien más ayude a mejorar la situación? Hazlo tú, desde tu casa, desde tu trabajo, desde tu centro de estudio, y a donde quiera que vayas. Se puede empezar por separar los desechos en el hogar, pedir en los restaurantes las bebidas sin pajilla y sin tapadera plástica o llevar bolsas de tela al supermercado, en lugar de utilizar bolsas plásticas.
Un claro ejemplo de impulsor de cambio es Marvin Grijalva, un guatemalteco reconocido por su lucha contra la contaminación del país. Es un activista social, cofundador junto con su esposa Katia Núñez de Guatepassport (un programa exitoso que consiste en involucrar a las personas en limpiar paisajes del país y conocerlos al mismo tiempo). Esto los ha llevado a ser reconocidos por TEDX, Saúl y la WWF (recibiendo el año pasado un premio de Héroes del Planeta a nivel de redes sociales). Además, impulsan otros proyectos con grandes resultados favorables, como las limpiatones. “Sabemos que están tomando mucha fuerza; es más, el alcalde de San Pedro La Laguna (el arquitecto Méndez, quien fue el que lanzó el acuerdo 111 en San Pedro La Laguna prohibiendo las pajillas, el duroport y las bolsas de un solo uso). Él ha participado en nuestras limpiatones. También se han sumado las alcaldías de Antigua Guatemala, Santa Catarina Pinula, entre otras”, declara Grijalva.
¿Imagina que todas las personas pensaran de esa manera? Que sin esperar nada a cambio, sino que por puro amor al medio ambiente tomen iniciativas tan grandes para poder ayudar. Personas que maquinen buenas ideas y luchen por hacerlas realidad. Si en Guatemala existieran más personas así, no estaríamos en esta situación. ¡Tú puedes ser una de ellas!
Así como hay personas individuales, también existen organizaciones que impulsan el cambio, como la anteriormente mencionada WWF. Calderón nos dice que esta organización promueve muchos los incentivos y que, principalmente en universidades y colegios hace competencias de reciclaje entre grupos de estudiantes y premia al grupo ganador. Esto se hace con el fin de que los estudiantes compartan los buenos hábitos en sus casas, y así formar una cadena de cambio. También premia a ciudadanos que realizan algún proyecto para cuidar la naturaleza y que efectivamente tienen éxito, se les da un reconocimiento para motivarlos a continuar realizando estas acciones. Por último, realiza limpieza de playas y cuencas. Y aunque esa no es la solución del problema porque al rato se vuelve a ensuciar, se hace para crear conciencia y educar a las personas, para que estas se den cuenta de la basura y contaminación que hay.
Es ahora o nunca
“Cuando uno ve cómo se está deteriorando el medio ambiente, no podemos esperar a que salgan estudios sobre la situación. Los estudios vienen desde la década de los sesenta y setenta, pero allí se quedan y no se actúa. Debemos actuar”, manifiesta Grijalva. “Quizá son cambios que nosotros ya no vamos a ver, pero ¿qué le vamos a dejar a nuestros hijos, a las futuras generaciones? Que sepan que hicimos algo y que no digan: “mis abuelos o mis papás pudieron hacer algo y no lo hicieron”. Se trata de que actuemos, de que cambiemos la historia”, agrega.
Además, se debe recordar que este es un problema que afecta a todos, en conjunto, como país. Afecta al turismo, ya que personas prefieren ir a otros lugares o se entristecen de ya no poder bañarse en el lago. Esto hace que se pierda también economía y empleo. Y en lugar de crecer en desarrollo, menguamos.
No esperemos a que alguien más lo haga, empecemos a hacerlo nosotros. Hagamos algo por los paisajes de Guatemala si es que queremos que nuestras futuras generaciones vayan a un río, a un lago y que no solo lo conozcan por fotos, sino que lo puedan disfrutar.
Tomemos acciones sin esperar nada a cambio. Cuidar el planeta debe de ser voluntario, por convicción, por amor. Guatemala siempre ha sido bella en paisajes, flora y fauna que, si se amaran y cuidaran más, no tendrían comparación. El país tiene aproximadamente 18 millones de habitantes, que tomados de la mano y luchando por un mismo objetivo, pueden lograr mucho.
¿Cuánto tiempo más resistirá el lago de Atitlán recibiendo una gran cantidad de contaminación al día? Desechos orgánicos e inorgánicos van a parar a sus aguas. Esta maravilla natural sufre la polución causada por aguas residuales, y el aumento de la población local también contribuye a su deterioro. Los informes vistos al principio muestran que en el 2019 la situación será irreversible. Faltan tan solo algunos meses. Para ser exactos, cuatro. El lago está agonizando, gritando auxilio, esperando su rescate que, aunque algunos se están esforzando, por parte de muchos otros parece no querer llegar.