EL PEOR DÍA: Un abismo sin fin
Vivía diariamente en un abismo, todos mis días eran malos. ¿Qué más podría esperar? Tenía un padre narcotraficante al que despedía cada vez con el miedo de quizá no volverlo a ver. Con algo como esto ¿cómo vivir tranquilo? Ni siquiera recuerdo la última vez que logré dormir en paz. Aun no entiendo cómo papá pudo aceptar formar parte de un mundo tan oscuro. Extrañaba cuando se mantenía siempre en casa. No me imaginaba que un día lograría ser peor de los que ya había vivido. Y entonces, llegó ese 26 de junio del 2014.
Era la 1:00 de la madrugada y el insomnio me atormentaba como de costumbre cuando mi teléfono celular sonó. ¡Era mi padre! Contesté sin esperar. Al escucharlo, lo primero que noté fue el terror en su voz... Eso bastó para que perdiera el equilibrio. Él nunca se asustaba y si lo hacía, lo disimulaba bien. Las palabras que me dijo fueron las siguientes: "Te amo, perdóname, cuida de tu madre". Y colgó. El tiempo pasó tan rápido que ni siquiera noté el momento en el que el alba se unió al desorden de mis pensamientos.
Cuando el sol había salido por completo, mi madre entró a mi cuarto sumergida en llanto. No podía hablarme, así que se limitó a encender la televisión de mi habitación. En el canal de noticias anunciaban el asesinato de un hombre de aproximadamente 50 años... Era mi papá. Su muerte fue el detonante de la bomba atómica que tenía en mi interior. Ese era el peor momento de mi día, o al menos creí que lo era, me había olvidado de que apenas eran las ocho de la mañana.
Exactamente a la mitad del día recibí la llamada de un número desconocido. El hombre que habló, tenía el timbre de voz de alguien de edad ya avanzada. Él me dijo que no necesitaba saber su nombre y que era mi turno de terminar lo que mi padre había empezado, de lo contrario mataría a mi madre, y yo por supuesto no iba a permitir eso. La llamada finalizó cuando acordamos una reunión a las 10:00 de la noche en una casa al lado del puente que marcaba la entrada de nuestro pueblo. Fui puntual para nuestro encuentro, el hombre quien llevaba una máscara, me entregó un arma, una enorme cantidad de droga y una lista con direcciones. Además, me dio una exagerada cantidad de dinero por adelantado. Si supiera que no me interesaba ni un centavo de su asqueroso dinero... Solo quería salvar a mi madre.
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Ese día marco el inicio del final de mi vida porque una vez que entras a esos negocios tan repugnantes solo puedes escapar muerto. El hombre que me engendró me enseñó eso. Ese día 26 de junio del 2014 fue el peor día de mi vida. El día en que mi ser más amado murió y caí en un abismo dentro del mismo abismo en el que ya vivía... Un abismo sin final.