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Javier Payeras, el escritor guatemalteco que no tiene miedo a decir la verdad

Tuve el honor de conocer al escritor, poeta y ensayista guatemalteco, Javier Payeras, el pasado viernes 27 de abril. Donde noté que es una persona muy amable, alegre, bohemia, apasionada, y un claro ejemplo de un buen hombre. Y, aunque quizá en un pasado la vida pudo ser dura con él, hay en sus ojos y palabras algo que dan alusión a un amor por vivir. Ve la belleza donde la mayoría solo nota horror; y dice la verdad sin temor al qué dirán. Es una persona transparente y humilde, a pesar de su éxito, su integridad se ve intacta. Cree firmemente en la juventud y apoya el interés hacia el arte y la literatura constantemente.

Desde sus palabras, hasta su aspecto (una camisa formal, unas gafas y siempre un libro en mano) da honor a la palabra escritor, y no cualquier escritor. Es un escritor atrevido, vanguardista, directo, realista y honesto. Busca hacer cosas nuevas y escribir sobre temas que la mayoría pasa desapercibidos. Su curiosidad e interés por dar a conocer la realidad del país (no la que todos vemos, sino la que muchos desconocemos). Ha sido su punto clave de éxito, logrando que muchas personas se identifiquen, impacten y conmuevan con sus palabras.


¿Quién es Javier Payeras?


Javier nació en 1964 en la Ciudad de Guatemala. Es uno de los intelectuales destacados que surgieron después del conflicto armado interno y forma parte de la llamada «Generación de Posguerra».


Trabajó como conserje y mensajero en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social y en la imprenta de la misma entidad. Tuvo una vida dura, la cual ha influido mucho en su manera de escribir. Su primera publicación llegó gracias a Simón Pedroza y el movimiento Casa Bizarra. Conoce más de su vida en: https://wikiguate.com.gt/javier-payeras/


Desde pequeño le encantó leer, tuvo su primer encuentro con la literatura a los 7 años cuando leyó Motín a Bordo, del escritor francés Julio Verne. Y a los 23 empezó directamente su carrera como escritor. Aunque tiene otras pasiones, las cuales son: La pintura, la música y el cine.

Actualmente es el director del Proyecto Crea del Ministerio de Cultura de Guatemala (Proyecto que él fundó), y del Proyecto Ex Libris del Centro Cultural de España. Además, es catedrático en la Universidad de San Carlos de Guatemala.


Entre sus libros más importantes están: Ruido de fondo, Días amarillos, Limbo, entre otros.



Foto por: Fernanda Berganza

Conozcamos más de la vida y manera de pensar, de este escritor, poeta, ensayista, y además, padre de familia, que ha derribado las fronteras mentales y se ha convertido en un ícono guatemalteco, admirado y querido por muchos.


¿Cómo ha logrado mantener el equilibrio entre su vida profesional y familiar?

Creo que vos absorbés de cualquier experiencia sabiduría. Obviamente si sos una persona que tiene un entorno familiar y sos escritor, escribís de una forma muy distinta a si sos una persona soltera completamente dedicada a tu vida como artista. Definitivamente te influencia tu entorno, lo ves en escritores. Tenés un enorme abismo de un Franz Kafka pegado a su familia y a sus valores judíos y, a un Ernest Hemingway aventurero.


Foto por: Fernanda Berganza


¿Cómo y a qué edad te adentraste al mundo de la poesía? ¿Cuál fue el detonante en tu vida que hizo que decidieras dedicarte de lleno al arte y la literatura?

Siempre. Directamente como escritor, a los 23 años. Yo pintaba, sigo pintando. Y de alguna manera mi comprensión sobre el mundo entró por las imágenes y la música, también leía mucho. Aunque una cosa es leer y otra cosa es leer con la intención de volverte escritor. Y a la hora de querer ser escritor tenés que saber qué leer, qué clase de libros tenés que leer. Muchas veces somos muy técnicos y leemos únicamente lo que creemos que nos ayudará con nuestra carrera profesional. Pero en realidad, un ingeniero también debería conocer de literatura, y un escritor debería conocer sobre economía, por ejemplo. Y esto, nos abriría muchas puertas en nuestra vida.


¿Tuviste alguna admiración por algún escritor que influyera en tu estilo y manera de escribir?

Muchos. Creo que mis primeros dos contactos en el mundo de la literatura fueron dos autores: German Hesse y Albert Camus. Ellos fueron como mi primer deslumbramiento.


¿Cómo ha sido el apoyo por parte de tus seres queridos en tu carrera como escritor?

Bueno, eso ha sido imprescindible e importante. Mirá, siempre cuesta decidirte por una carrera artística, a veces vas a tener apoyo, y otras veces no. Obviamente mi vida no ha sido fácil, he trabajado duro desde joven y creo que sin el apoyo familiar habría desertado en algún momento. Porque siempre pasás cosas como humillaciones, no valoran tu talento, etc. Pero llega un momento en el que traspasás esas barreras y te das cuenta que aún en medio de esas dificultades hay belleza también, que no todo está en contra. Es como si pasaras de correr descalzo en la arena a correr con tenis en una pista. Te haces inmune a las malas críticas y logras alcanzar cosas importantes.



Foto por: Fernanda Berganza

En un artículo que escribieron sobre ti en Plaza Pública, se dice que tus obras pueden describirse como “rudas, realistas y entretenidas”, ¿crees que estas palabras engloban tu personalidad?

Sí, al menos en ese momento sí. Son obras rudas, son realistas y trato de que sean entretenidas. Y yo no crecí escuchando ópera, ni estuve en clases de piano. Nunca estuve en clases de nada en mi vida, estudié en colegios muy malos, trabajé de obrero desde muy joven, entre otras cosas. Mi formación es autodidacta, entonces obviamente soy una persona ruda. Con el tiempo te vas suavizando en cosas, y lo que al principio no me importaba tanto, como lo es la estructura de la redacción de una novela o de un texto, de pronto me empezó a importar más. Porque obviamente hay que aprender a escribir de una forma buena, y escribir bien es escribir claro y preciso. No meter un montón de palabras bonitas o adjetivos, ni tratar de ensuciar un charquito para que se haga más profundo. Sino que ser claro en la trasmisión de las ideas. Ese es en mi opinión el reto del arte.


En tu libro Ruido de Fondo relatas cómo los jóvenes actuaban de manera indignante movidos por el “resentimiento de clases”. ¿Qué pasaba por tu mente cuando escribías sobre esta clase de maltrato por parte de los jóvenes de clase media hacia los de clase baja?

Bueno, obviamente en esas tres novelas, los personajes son repugnantes, y no es un catálogo de ideas con las que yo esté de acuerdo. Simplemente es lo que piensa un muchacho de clase media en Guatemala. La violencia, la doble moral, la hipocresía, consumo de drogas, el culto, el alcoholismo, la obsesión con el sexo, el clasismo y el racismo. En días amarillos es mucho más oscuro el personaje porque tiene un trasfondo más denso. Su vida es la vida de un hombre tímido pero que por dentro tiene un montón de maquinaciones muy oscuras y enfermas, que tienen que ver incluso con un morbo que lo atrae hacia el trabajo que tiene, que es de noticias amarillistas. En Limbo es un personaje un poco más sublime, intelectual, libre y poético. Pero todo hace alusión a eso, a lo que piensa un muchacho de clase media en Guatemala.


¿Crees que el resentimiento de clases es actualmente motivo de abusos físicos y psicológicos hacia jóvenes?

Creo que, en el tema de la clase, desgraciadamente la gente pobre no tiene conciencia de su clase. Sobrevive a su clase. Hay gente que tiene un estatus económico más alto y tiene más conciencia de quiénes son y que de alguna manera la sociedad les pertenece. La clase obrera, (bueno, en realidad esta ya no existe, existe la clase sobreviviente, la clase desempleada). Todo mundo tiene aspiraciones: tener un auto, vivir en un lindo condominio, etc. Estas cosas abren campo a que las personas denigren a aquellos con un nivel económico más bajo. Y sería magnífico que se escribiera más sobre la vida de los jóvenes de los sectores sociales más duros, más desfavorecidos. O libros vistos desde los grupos étnicos guatemaltecos. O que las mujeres cuenten sus historias. Mientras esas cosas no existan no se va a hacer visible. Estamos rodeados de gente invisible. La gente invisible son aquellas personas que no sabes cómo se llaman. Por ejemplo: El señor de la garita de un condominio. Los residentes solo pasan y lo ven sin siquiera saber su nombre, y solo le hablan cuando necesitan algún favor o hay algún problema. Pero ese señor también tiene familia, también puede tener hijos y una historia. El clasismo en parte es eso, no notar a la gente “invisible” que nos rodea.


Al ser diferente a la mayoría de jóvenes de tu generación, ¿te sentiste alguna vez rechazado o excluido?

Sí, incluso todavía. Bueno, nunca me interesó ser popular, pero sí sabía que tenía muchas cosas que decir. Cuando vos comenzás a decir la verdad, mucha gente se empieza a alejar, mientras más honesto sos, más gente huye de ti. Para bien o para mal soy lo que parezco, soy lo que ves, no oculto nada. De hecho, tengo un poema que se llama “Tengo pesada la presencia y por eso espanto”. Si vos querés ser popular en este mundo, tenés que estar enmascarado todo el tiempo y la verdad a mí, eso no me interesa.


La susceptibilidad ante los problemas de la sociedad es en mi opinión, algo importante en la vida de un escritor. Y es algo de lo que las nuevas generaciones carecen. ¿Qué opinas sobre la indiferencia de los jóvenes ante los problemas de la sociedad?

Es generalizar. Hay movimientos de jóvenes que están dándole más vida al país que el montón de amargados de mi generación y de antes, que critican a distancia sin hacer nada. El accionar de los jóvenes responde también a su época. Sus verdades son distintas, su forma de pensar cambia. Lastimosamente siempre se tiende a pensar que el joven va a ser egoísta, mediocre, narcisista e insensible (cosas que se les critica mucho a los millenials). Pero no a todos los millenials les interesa solo las redes sociales; no todos quieren crear una app y volverse ricos; no todos son fanáticos de las sex-app; entre otras cosas. Hay una gran cantidad de jóvenes que se están ganando la vida de maneras muy duras, otros que tienen que hacerse cargo de los hijos de sus hermanos que fueron asesinados en barrios del país, y otros que están jugándose la vida para abrir alguna pequeña empresa, con la esperanza de en algún momento competir contra los grandes imperios que vienen de Estados Unidos o China. Pero tienen fe. En conclusión, no toda la gente es gente que se la pasa chateando compulsivamente, hay otros que están escribiendo, haciendo música y traspasando fronteras.


Foto por: Fernanda Berganza


Tu deseo porque la juventud se adentre al mundo del arte y la literatura ha sido notoria desde 1998 que te involucraste en el proyecto Casa Bizarra. Y actualmente sigues trabajando de cerca con la juventud. ¿Qué siente tu corazón al ver a esos muchachos amantes del arte en medio de una sociedad fría e insensible? ¿Te has visto identificado con alguno de ellos al punto de sentirte como si regresaras al pasado?

Solo diré que sí… Que definitivamente todo, todo, absolutamente todo, ha valido la pena.


¿Cuáles serían los cinco secretos que aplica Javier Payeras para tener una vida sin miedo a expresarse ante la sociedad?

  • Las fronteras no son físicas, son mentales. Si vos querés ser alguien distinto conocé una vida distinta. Si querés ser destacado buscá qué parte de vos destaca sobre todo lo demás. Si querés ser una persona fuerte, buscá qué parte de vos es fuerte.

  • Debemos observarnos a nosotros y observar a las demás personas y buscar algo en común. Y eso es la sensibilidad. Poder ver a una persona que tiene una vida completamente distinta a la tuya e imaginar cómo es su amanecer, su final del día, etc. Esa curiosidad es la que te lleva a ser creador.

  • No te quedés con lo ya hecho, quédate con lo más vanguardista, con lo más raro.

  • Vos no podés hablar de lo que no conocés y si querés hacer algo o hablar de algo conócelo primero. Si vos lográs conocer todo a fondo sobre algún arte, se te hará más fácil encontrar las grietas de lo que aún no se ha hecho; sino te quedarás repitiendo lo mismo de siempre y ese no es el punto, el punto es hacer algo nuevo.

  • Construye un sendero, no tratés de hacer un camino grande de un solo. Empezá por un sendero, pero uno por el que nadie haya transitado antes. Y así vas a permanecer realmente para siempre en la memoria de la gente.

¿Verdad o reto? con Javier Payeras. Ve a ver este video.


Para leer el poema completo que el escritor recitó en el video, haz clic aquí: http://javierpayeras.blogspot.com/

¿Qué tanto aprendiste sobre Javier Payeras? Descúbrelo y diviértete un rato con la siguiente trivia de preguntas:

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